La UE se las arreglaría sin el GNL ruso, con la Península Ibérica como región más afectada al suponer el 25% de todo el GNL y el 20% de las importaciones totales de gas natural

Santander Corporate & Investment | Bruegel (think tank económico europeo) ha publicado un informe titulado La UE puede arreglárselas sin el gas natural licuado ruso. Bruegel señala que la UE se ha comprometido a eliminar progresivamente todas las importaciones de combustibles fósiles rusos para 2027 y ha impuesto sanciones al petróleo y el carbón rusos. La excepción ha sido el gas natural, debido a la dependencia de la UE del suministro ruso. Las importaciones de gas a través de gasoductos han caído un 80%, ya que Rusia ha reducido el suministro a Europa, pero las importaciones de GNL de Rusia han aumentado. Bruegel considera que la UE dispone de varias opciones, como no tomar ninguna medida hasta 2027, adoptar sanciones moderadas o aplicar un embargo. Bruegel aboga por un «embargo del GNL ruso por parte de la UE, para reducir la exposición a un proveedor poco fiable y hostil, y limitar hasta qué punto los consumidores de la UE financian al Estado ruso». El embargo podría diseñarse de tal forma que permitiera las compras sólo si se coordinan a través de la Plataforma de la Energía de la UE, con volúmenes limitados y precios inferiores a los del mercado. Esto podría ir acompañado de la aplicación de un tope de precios a los cargamentos de GNL ruso que utilicen servicios de transbordo, seguros o transporte marítimo de la UE o del G7″.

Bruegel estima que Rusia es el segundo mayor proveedor de GNL a Europa, muy por detrás de EE.UU.; representó el 16% de los suministros de GNL y el 7% de las importaciones totales de gas natural en el 1T23. La región más afectada sería la Península Ibérica, donde el GNL ruso supone el 25% de todo el GNL y el 20% de las importaciones totales de gas natural. Bruegel concluye que «mientras que la UE-25 se las arreglaría cómodamente sin el GNL ruso, la situación en la Península Ibérica dependería de su capacidad de encontrar suministros alternativos de GNL. Al comercializarse por mar, los cargamentos de GNL son en cierto modo fungibles. Si el GNL ruso deja de fluir hacia la UE, Rusia tratará de venderlo en otros lugares, mientras que los compradores de la UE buscarán un suministro alternativo. En teoría, el mercado mundial se reequilibraría, aunque con cierta fricción adicional provocada por la utilización de rutas comerciales menos eficientes».

Los ministros de Energía de la UE han propuesto imponer límites a los exportadores rusos que reserven instalaciones de descarga, así como un tope de precios para los cargamentos. Estas propuestas aún deben negociarse en el Parlamento Europeo.

Opinión de Research: Coincidimos con la conclusión de Bruegel de que un embargo al GNL ruso sería en buena medida neutral para Europa, ya que (a) la dependencia que el bloque tiene del GNL ruso es inferior a la que presentaba a las importaciones por gasoducto, y (b) Rusia probablemente intentaría redirigir su GNL a otros países y ello liberaría suministros mundiales de GNL para el consumo de Europa. Las reservas europeas de gas ya han alcanzado el 76% (frente al 46% de 2021), y las de Alemania se sitúan en el 80%, por lo que las perspectivas para la temporada de calefacción del invierno 2023-24 nos parecen sólidas. En nuestra opinión, cualquier reducción del suministro de GNL ruso a Europa sólo tendría un efecto menor.