Las prescripciones políticas para controlar los precios y reforzar los bancos apuntan en direcciones opuestas

Economía global

Intermoney | Los bancos centrales han tenido que hacer frente a unas semanas complejas en las que el mercado ha mirado con lupa las reuniones para evaluar el ejercicio de calibrado ante la incertidumbre bancaria. La
cautela imperó. La Fed sólo aumentó en 25 p.b. el tipo de interés cuando su presidente, Jerome Powell, había dejado entrever la posibilidad de un movimiento mayor antes del colapso de Silicon Valley Bank y la adquisición repentina de Credit Suisse. El BCE, por su parte, cumplía con su aumento planeado de medio punto, pero se abstenía de dar mucha orientación sobre los siguientes pasos.

La tarea de los bancos centrales ha sido más compleja si consideramos que el mercado ha tenido problemas para interpretar las acciones, como bien se podía extraer de los cambios drásticos en las apuestas del mercado sobre la política monetaria en las últimas semanas. Se ha pasado, en el caso de la Reserva Federal, de fijar una agresiva subida a un escenario de recortes de tipos inminentes. El escenario lógico sería que las condiciones financieras fueran lo suficientemente estrictas, a medida que los bancos reducen los préstamos y apuntalan sus propios balances, para hacer parte del trabajo de lucha contra la inflación. Eso ayudaría a enfriar una economía sobrecalentada de la manera que la Reserva Federal quiere y reduciría la necesidad de subir tipos. Las herramientas del banco central para controlar los precios y evitar el colapso financiero podrían funcionar por separado y de manera efectiva.

El problema es que las prescripciones políticas para controlar los precios y reforzar los bancos apuntan en direcciones opuestas. Para bajar la inflación, los bancos centrales están subiendo tipos y drenando liquidez del sistema bancario. Para poner coto a un escenario negativo de actividad, dan apoyo a los agentes afectados y reducen el coste del crédito. La tarea es difícil pues hay que calibrar el sistema de manera que el endurecimiento crediticio toque a la inflación, pero no cause desajustes sistémicos. La duda es: para que la restricción crediticia toque notablemente la inflación, ¿cuánto tendría que empeorar el panorama?.

Por el momento, los mensajes y las promesas de mayores acciones es lo que utilizarán las autoridades
bancarias y monetarias.
En EEUU; la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, explicaba que los reguladores
estarían preparados para tomar medidas adicionales para proteger los depósitos si se justifica en base a extender el seguro federal a los bancos; una media que por el momento es eficaz, pero no deja de ser una tirita. El otro foco de alivio será cómo de rápida sea la liquidación de los bancos afectados. En este aspecto, First Citizens Bank acordaba comprar todos los depósitos y préstamos de SVB en una transacción que incluye la compra de 72 mm. $·de sus activos con un descuento de 16,5 mm. €.

Sin embargo, por el momento se está viendo que los bancos están acudiendo a las ventanas de liquidez. Según la Fed, los programas de apoyo claven desembolsaban la presente semana 163,9 mm. $, aproximadamente en línea con los 164,8 mm. $ de la semana anterior. Concretamente, los datos mostraron 110,2 mm. $·en préstamos procedente de la ventana de descuento, muy lejos de los 4,6 mm. $ que se dieron la semana previa al tumulto, mientras que mediante el Programa de Financiamiento a Plazo Bancario se liberaron 53,7 mm. $.