Intermoney | De la misma forma que otros organismos como el FMI y la OCDE habían hecho anteriormente, la CE
recortó el miércoles su estimación de crecimiento para el conjunto de la zona euro al 0,6% a. desde el
0,8% previsto en septiembre. La elevada inflación, la subida de los tipos de interés y la debilidad de la
demanda exterior pasaron más factura de lo esperado. A pesar de esto, desde la Comisión se estimaba
que la contracción del tercer trimestre (-0,1% trim.) se revierta en estos últimos meses y el conjunto
del área crezca dos décimas frente al tercer trimestre. Para el conjunto del año 2024 organismo
apuntaba a una expansión de 1,2%, apenas una décima menos que la anterior estimación, acelerándose
hasta el 1,6% en 2025.
Hay varios factores que juegan a favor a destacar en unas estimaciones que, a pesar del recorte, son
bastante amables. La política fiscal expansiva ha servido para salvaguardar la actividad económica y los
retrasos en la implementación del plan NGEU ayudarán a que, pese a la debilidad que vienen mostrando
muchos datos macro en el período reciente, la Eurozona probablemente logre estos crecimientos
económicos positivos (aunque moderados) en el promedio de los próximos trimestres. Por otro lado, los
mercados laborales ajustados, que han jugado a favor de presiones salariales alcistas, han amortiguado
la pérdida de poder adquisitivo. De hecho, el informe señala que “se espera que la actividad económica
repunte gradualmente a medida que el consumo se recupere gracias a la solidez del mercado laboral, el
crecimiento sostenido de los salarios y la continua relajación de la inflación”.
Por países, no cogía a nadie por sorpresa que Alemania fuera una de las razones del descenso en las estimaciones de crecimiento, que para la economía germana se sitúa ahora en el -0,3% para el conjunto del 2023, mientras que para el año siguiente se estima un avance modesto del +0,8% a. En otra dirección iban las previsiones para nuestra economía, que para 2023 se proyecta un crecimiento del +2,4% a. y un 1,7% y 2% para 2024 y 2025 respectivamente. Respecto a la inflación, la CE estima que se reducirá al 3,2% el próximo año, frente al 5,6% previsto para 2023, y al 2,2% en 2025.
También era interesante las previsiones del déficit presupuestario agregado de la zona euro, que se reducirían al 2,8% del PIB en 2024, frente al 3,2% de este año, y al 2,7% en 2025, por debajo del límite máximo del 3% del PIB fijado por la UE, siendo el principal motor de este descenso “la considerable reducción de las medidas relacionadas con la energía el año que viene y su eliminación progresiva en 2025”. Por otra parte, la deuda pública agregada de la zona euro disminuirá hasta el 89,7% del PIB en 2024, frente al 90,4% previsto este año, y bajará aún más hasta el 89,5% en 2025, debido a la elevada inflación, mientras que “el aumento de los tipos de interés sobre la emisión de nueva deuda eleva el gasto en intereses sólo gradualmente, dado el largo plazo medio de vencimiento de la deuda pública en la UE”.