El PMI compuesto de España sale del terreno de contracción con un 50.1

Ana Racionero (Intermoney) | Las ofertas de empleo JOLTS publicadas ayer terminaban de dar el “descabello” a unos ya muy maltrechos bonos, y los enviaban a máximos de más de una década, provocando un desplome de la renta variable que enviaba al S&P a mínimos de cuatro meses. El 30 años UST alcanzaba, al 5%, su nivel máximo desde 2007. El diez años UST subía otros 9 pb hasta el 4.88%. El diez años Bund tocaba el 3% por primera vez desde 2011, y el italiano, el 5%. Las probabilidades que los mercados monetarios adjudicaban a una subida de tipos por parte de la FED en diciembre se elevaban a más de un 50%. Raphael Bostic, de la FED de Atlanta, comentaba que la Reserva Federal debería mantener los tipos altos durante un largo periodo de tiempo.

Estos nuevos máximos de rentabilidad continuaban catapultando al USD, de manera que el USDJPY llegaba a superar el nivel crítico de 150, para dispararse a continuación casi un 2% hasta el entorno de 147y terminar por estabilizarse en el 149, dando lugar a especulaciones sobre una intervención, extremo que la máxima autoridad nipona de divisas se negaba a confirmar. Estas altas rentabilidades también atraían un demanda récord de inversores para la T-bill a 52 semanas, ya que los inversores se aseguraban un rendimiento superior al 5% para el próximo año, y el Tesoro estadounidense colocaba 44000 millones de USD. Para complicar más aún las cosas, los GOP, disidentes del ala más radical del partido republicano, destituían a McCarthy como presidente de la Cámara de Representantes en un movimiento sin precedentes que podría afectar a la calificación crediticia del país e infligir más dolor a los USTs, ya que aumenta las probabilidades de un cierre de gobierno y un aumento del gasto.

La jornada asiática era una réplica de la americana, con acusadas caídas de bolsa y de bonos que llevaban el rendimiento del 10 año japonés, al 0.80%, a máximos desde 2013. Lo PMI nipones daban el pistoletazo de salida con un aumento al 53.8 desde el anterior 53.3 el de servicios y al 52.1 desde el 51.8 el compuesto.

España salía de terreno de contracción con un 50.1 el compuesto, desde el 48.6 de agosto y frente al 49.2 esperado. Lo mismo sucedía con el de servicios, con un 50.5 desde el 49.3 previo vs 49.8. Italia, con un 49.2 en el compuesto, mejoraba la lectura de agosto y superaba las previsiones. En el de servicios, sin embargo, a pesar de que subía una décima hasta el 49.9, no conseguía salir de terreno de contracción como estimaban las encuestas. La lectura final de Francia corregía al alza la provisional del compuesto hasta el 44.1, y la de servicios, hasta el 44.4. La lectura final del compuesto alemán también elevaba el compuesto a 46.4 y el de servicios, al 50.3, sacándolo de este modo de valores de contracción. Por último, la lectura final de la Eurozona también se corregía en una décima al alza el compuesto, hasta el 47.2, y en tres décimas la de servicios, hasta el 48.7. Las ventas minoristas de la zona euro retrocedían por encima de las previsiones un -1.2% en agosto en términos mensuales y un -2.1 % en términos interanuales. Los IPP subían en agosto un 0.6% respecto de julio, aunque descendían un -11.5% respecto del mismo mes del año anterior, ambas lecturas en línea con las previsiones. Istat publicaba el déficit presupuestario italiano que, en el segundo trimestre, ascendió a un 8.3% de su PIB. Lagarde repetía que el BCE se encontraría en una postura sobre los tipos lo suficientemente restrictiva. De Guindos decía que la velocidad y el alcance de las transmisión siguen siendo inciertos, y que una parte sustancial de ésta sigue pendiente de hacerse efectiva; que hay señales de que el impulso del mercado laboral se está ralentizando, y que las presiones subyacentes sobre los precios siguen fuertes. Hoy conocíamos que, en agosto, los costes de financiación de las empresas de la zona euro subieron 5 pb hasta el 4.99%, el nivel más alto desde noviembre de 2008, y los costes hipotecarios, 9 pb hasta el 3.85%, nivel máximo desde agosto de 2011.

En cuanto al Reino Unido, la lectura final de su PMI compuesto se revisaba al alza hasta el 48.5 y la de servicios, al 49.3. El brutal “sell off” de bonos de ayer se cebaba de manera especial con los Gilts tras las duras declaraciones de Catherine Mann, lo que enviaba la rentabilidad de su 30 años hasta el 5.12%, tan sólo dos céntimos por debajo del máximo alcanzado en septiembre de 2022 con el plan de rebajas de impuestos de Lizz Truss y que desembocó en una intervención extraordinaria de compra de bonos por parte del BOE. El gobernador de éste, Andrew Bailey, decía que, aunque es posible que la inflación descienda este año hasta el 5% o incluso por debajo, el trabajo de luchar contra la inflación no habría terminado, y que los altos precios de los alimentos se prolongarán durante el año próximo.

A lo largo de la sesión, las rentabilidades de los bonos iban cediendo desde los máximos alcanzados ayer, toda vez que resultaban ya lo suficientemente atractivas como para que surgieran compradores, dando lugar a su vez a un retroceso del USD desde su máximo de 10 meses. Del mismo modo, las bolsas se estabilizaban, una vez alcanzados niveles de sobrecompra.

La tarde aún nos deparaba sorpresas, y el ADP se desplomaba en septiembre de los 177k de agosto a tan sólo 89k en septiembre, cuando las encuestas habían apostado por una lectura de 150k. Dato de todo punto imprevisible y contradictorio con las oferta de empleo JOLTS publicadas ayer. Este dato, indicador de un frenazo del mercado laboral, daba un fuerte empujón a los bonos y rebajaba sustancialmente las apuestas a más subidas de tipos este año por parte de la FED, lo que reanimaba al Nasdaq. La lectura final de los PMI corregía el compuesto una décima al alza hasta el 50.2 y el de servicios una décima a la baja hasta el 50.1. Los pedidos de fábrica aumentaban en agosto un 1.2% después de haber descendido un -2.1% en julio y cuando se esperaba un aumento de tan sólo un 0.2%. Las órdenes de fábrica sin transporte subían un 1.4% desde el 0.8% vs 0.2%. La lectura final de las órdenes de bienes duraderos se corregía en una décima a la baja hasta el 0.1%. El ISM de servicios caía desde el 54.5 al 53.6, a su nivel más bajo del año. El de precios pagados repetía el 58.9, el de empleo retrocedía del 54.7 al 53.4 y el de nuevas órdenes se desplomaba del 57.5 al 51.8.

El WTI retrocedía hasta los 86 USD por barril.