Mark Hallerberg: «Habrá una ‘primavera Biden’, con una vacuna y una recuperación, pero el auge económico tardará más»

Lidia Conde (Francfort) | Mark Hallerberg, (1967, EEUU), autor especializado y politólogo estadounidense, es también decano y profesor de Gestión Pública y de Economía Política en la Hertie School of Governance de Berlín. Hallerberg ha trabajado como asesor para el Banco Central Europeo; el Fondo Monetario Internacioal; el Banco Mundial; el Banco Interamericano de Desarrollo, con sede en Washington; la Sociedad Alemana de Cooperación Internacional (GIZ),que asesora al Gobierno alemán; y para la consultora Ernst and Young en Polonia.

Como americano en Berlín, ¿cree que EE.UU seguirá siendo un paciente enfermo ahora, con Joe Biden como presidente?

En el pasado ya habíamos visto elecciones con resultados muy apretados. Desde el año 2000 hemos tenido seis elecciones. Y la actual es la tercera en cuanto a resultados estrechos. Las elecciones del 2000 y del 2016 fueron decididas por márgenes pequeños en Estados claves. La razón es que los EE UU están muy divididos desde hace tiempo y siguen profundamente divididos hoy. Lo que tal vez haya cambiado es la virulencia y la agresividad política. Joe Biden ha convertido esa división en un tema clave de su campaña y ha intentado transmitir la idea de que es un político que representa a todos los americanos y no solo a quienes le han votado. No olvide que Barack Obama hizo lo mismo en las elecciones de 2018, y que, pese a todo, el país siguió dividido.  

Como politólogo, ¿qué destaca de estas elecciones?

Se ha producido una dinámica interesante. Los analistas políticos solemos pensar que los votantes deciden en términos de intereses políticos. En el sistema americano, en el que el candidato presidencial con el mayor número de votos en un Estado gana en ese Estado, se parte del supuesto de que los candidatos presidenciales giran en sus campañas hacia el centro político. En estas elecciones, Joe Biden ha sido el político de centro que todos esperaban. Pero no Donald Trump, quien se ha mantenido rigurosamente en la derecha. Uno tiene la impresión de que la población estadounidense se ha vuelto tribal. Se apoya a un bando sin importar mucho lo que se defienda. Esto lo vemos en la respuesta al Covid-19. Primero fue un asunto general de política sanitaria, pero luego Trump trató de minimizar su impacto y desestimar la necesidad de tomar medidas para amortiguar la expansión del virus. Y sus simpatizantes le siguieron.

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