La próxima crisis financiera será la criptocrisis

Manuel Moreno Capa

Manuel Moreno Capa (Director de GESTORES) | La última gran crisis financiera, la que hace una década provocó un seísmo en el sistema bancario internacional y barrió de golpe a más de la mitad del español (básicamente, a las cajas de ahorro), estalló cuando de pronto descubrimos que el aparato circulatorio del dinero estaba infectado por el virus “subprime”, es decir, por unos activos que valían mucho menos de lo que parecían. ¿Qué ocurrirá cuando el sistema vuelva a infectarse de otros activos que, en realidad, no valen nada, porque son un engendro virtual? Pues que la próxima crisis financiera será una criptocrisis.

Las hipotecas “subprime” y todos los estructurados montados en torno a ellas tenían los pies de barro, concretamente, del barro que cimentaba la burbuja inmobiliaria previa. Pero, al menos, tenían algo detrás: hipotecas casi imposibles de cobrar en su mayoría, activos inmobiliarios sobrevalorados e invendibles… Porquería, pero era algo. Ya vemos cómo nuestro banco malo las pasa canutas mientras intenta deshacerse poco a poco de buena parte de esos ladrillos y solares tóxicos.

Pese a todo, eran ladrillos y solares. Y ahí están. Valen infinitamente menos de lo que se nos dijo en los balances bancarios. Pero existen, aunque sea hundidos en el barro.

¿Hay algo debajo de las cripto pseudo monedas y de los fondos (básicamente ETFs, o fondos cotizados) montados en torno a ellas? ¿Qué pasará cuando todos los cripto pseudo inversores quieran recuperar los 50.000, 60.000 o más dólares que han pagado por cada bitcoin? ¿Qué hará la maquinaria cripto, sus insondables minas, sus complejos programas, para sacar los dólares de algún sitio? ¿Creará nuevas cripto que se sumen a las 9.000 ó 10.000 o las que sean ya existentes? ¿Conseguirá que los árabes y los rusos acepten criptos a cambio de sus barriles de petróleo o de sus flujos de gas? ¿O que los fabricantes de coches los vendan a cambio de falsas monedas sin el respaldo de banco central alguno? ¿O que China cambie de opinión y levante su veto total a las cripto? ¿O que los bancos generen nuevas estructuras “subcripto” y las distribuyan entre clientes o inversores? ¿O que en el mercado inmobiliario se acepten las cripto para comprar mansiones en la Costa del Sol, lo cual agradaría mucho a las mafias internacionales que ya han convertido al bitcoin y otras pseudo divisas en su moneda de cambio? ¡Si hasta en las series policiales, cada vez que se habla de un intercambio económico entre delincuentes, ya siempre se dice que se ha realizado en bitcoin o similares!

Por más que en torno a ellas se construyan cada vez más supuestos activos de supuesta inversión (los cripto-ETFs ya proliferan), sigue sin poder comprarse nada con las cripto, no valen para pagar impuestos ni para remunerar al trabajador, las grandes empresas no reparten sus dividendos en ellas, las acciones no cotizan en criptos…

Si a usted le ofrecieran ahora, por ejemplo, pagarle en cripto su apartamento frente al Mediterráneo valorado, pongamos, en 200.000 euros, ¿aceptarían que le ofreciera más o menos cuatro bitcoins? Si así lo hiciera, debería convertirlos rápidamente en euros y registrar en euros la operación ante notario, pero podría darse la sorpresa de que esos cuatro bitcoins ya no valieran 200.000 euros, sino quizás 180.000. Si, pese a ello, el comprador insistiera en abonar sólo en bitcoins y, como el mercado inmobiliario no está muy boyante, no quisiera usted perder la oportunidad, ¿qué haría? Pues quizás aceptaría finalmente los bitcoins, pero no cuatro, sino ocho, diez o doce, para asegurarse de que un desplome súbito no rebajara el cambio de la cripto por debajo de los 200.000 euros que usted quiere obtener por su apartamento. Para no anotarse ante notario una plusvalía excesiva si el bitcoin no hubiera bajado, le bastaría con cambiar a euros sólo la cantidad necesaria para cubrir los 200.000 euros. El resto, podría guardárselos, pero a ver cómo los convierte después y, sobre todo, cómo justifica ante Hacienda el ingreso en euros resultante.

Cuando todos los nuevos cripto millonarios hagan como este hipotético comprador de nuestro caso y quieran convertir sus monedas virtuales en casas, yates o cualquier otro bien consumible, quizás en medio de una nueva crisis económica (que, como está demostrado, son cíclicas), ¿qué harán con sus cripto? ¿Intentar comprar con ellas o acudir rápidamente al mercado para cambiarlas por dólares o euros?… Suponiendo, claro está, que esas cripto estén declaradas de alguna manera al fisco y hayan sido adquiridas con euros o dólares lícitos, no con dinero negro.

Mientras un famoso de Hollywood aparece a todas horas en un atractivo anuncio televisivo que nos vende la inversión en cripto, mientras Ana Botín acaba de declarar que su banco facilitará la inversión en bitcoins y, a tal fin, comenzará a comercializar próximamente fondos y productos cotizados en critptomonedas, mientras florecen las empresas relacionadas con la inversión en cripto y, por supuesto, las ofertas on-line para forrarse en ese mundo, y pese a que la CNMV advierte a bancos y gestoras que no podrán comercializar en España fondos en cripto sin su autorización previa, cada vez más agentes del mercado y cada vez más especuladores (en el peor sentido) se suben a la cripto ola… 

Pero si usted es un inversor de verdad, piénseselo. Si quiere jugar, hágase un avatar en el metaverso y juegue ahí a lo que quiera, a agente de Matrix o a lobo de Wall Street (aunque seguro que, mientras tanto, también le ofrecen comprar multitud de cosas, preferentemente en dólares o euros, para que Meta/exFacebook siga ganando dinero de verdad y no metadinero). Si, por el contrario, usted quiere jugarse verdaderamente su capital en posiciones a medio y largo plazo, compre cripto, siéntese sobre ellas y, con suerte, quizás consiga venderlas antes de la próxima crisis financiera, que será la criptocrisis. Pero ya sabe que las burbujas siempre estallan antes de que casi nadie las haya visto.