Germán García Mellado (A&G) | Esperamos que la reunión de política monetaria del Banco Central Europeo del mes de julio sea de transición, por lo que no debería haber ninguna novedad ni en materia de tipos de interés ni en gestión del balance.
La rueda de prensa de Lagarde debería ser continuista con la de junio y con los mensajes aportados por varios miembros del Consejo de Gobierno en Sintra. Por ello, seguirán trasladando el foco respecto al siguiente movimiento en tipos a la reunión de septiembre, en la que se actualizarán las perspectivas macroeconómicas de la eurozona para los próximos años.
El mercado descuenta actualmente una bajada de tipos de 25 puntos básicos en septiembre y otra en diciembre/enero, posicionamiento con el que probablemente estén cómodos los miembros del BCE a día de hoy. Sin embargo, siguen dejando la puerta abierta a realizar un proceso más lento en las bajadas de tipos en función de los datos que se vayan publicando, con una aproximación de reunión a reunión. Los datos conocidos desde la última reunión del BCE soportan este enfoque prudente, ya que tanto la inflación subyacente como las presiones salariales siguen dando señales de cierto tensionamiento.
Respecto a la reducción en los programas de compra de bonos, no se esperan novedades relevantes, una vez que en julio se ha empezado a reducir las reinversiones del programa especial lanzado en la pandemia (PEPP) a razón de 7.500M al mes, esperando reducir las reinversiones en su totalidad a partir de 2025.
En rueda de prensa, además de cuestiones sobre las futuras bajadas de tipos, probablemente se pregunte a Lagarde sobre Francia y la ampliación de la prima de riesgo de los bonos de este país respecto a Alemania desde que se celebraron las elecciones europeas. En este sentido, no esperamos que Lagarde aporte nada nuevo, diciendo que el BCE tiene instrumentos necesarios para evitar riesgos de fragmentación, haciendo referencia a los diferentes programas que tienen actualmente, pero sin concretar en este aspecto.



