La gran mayoría de los indicadores adelantados apuntan a un riesgo extremadamente alto de recesión en Europa y Estados Unidos

Mercados globales

François Rimeu (La Française AM) | La dicotomía entre los datos (encuestas PMI, ZEW vs. producción industrial, ventas al por menor) continúa con algunas economías que se resisten a ralentizarse a pesar de las sucesivas turbulencias que la mayoría de ellas ha experimentado. Esta paradoja se hace particularmente evidente en Estados Unidos y la eurozona, pero también puede observarse en la mayoría de las economías desarrolladas. ¿Estamos o no en recesión? ¿Es posible – quizás por primera vez – que los economistas tengan razón y hayan anticipado correctamente una recesión?

De hecho, muchos indicadores sugieren que se avecina una recesión. El fuerte crecimiento registrado en 2021 y principios de 2022 se debió en gran medida a los grandes desembolsos presupuestarios de los distintos gobiernos como consecuencia de la crisis del Covid. Aunque en 2022 también se han registrado importantes gastos en toda Europa debido a la crisis energética, son relativamente inferiores a los de años anteriores. Esto es lo que vemos en el gráfico siguiente, que muestra el impulso del crédito en la Eurozona, que lleva más de un año en negativo. Dado el desfase temporal de las políticas fiscales (entre 12 y 18 meses), estos efectos deberían tener un impacto negativo sobre el crecimiento en 2023. El escenario es el mismo, pero menos marcado, en Estados Unidos

La Conference Board publica un indicador que tiene en cuenta los diez indicadores adelantados más fiables de Estados Unidos (consumo, empleo, etc.). El análisis histórico muestra que es un indicador fiable para prever recesiones en Estados Unidos, ya que cada vez que se sitúa en territorio negativo durante un periodo prolongado, tarde o temprano se produce una recesión. Según este indicador, la recesión no será necesariamente profunda (no obstante, sigue siendo una posibilidad) y debería producirse en 2023.

El mercado inmobiliario es también una buena referencia para evaluar la salud de una economía y la probabilidad de que se produzca una recesión. A grandes rasgos, los puestos de trabajo derivados de las actividades inmobiliarias representan alrededor del 14% del empleo en Estados Unidos (fuente: Bloomberg). Además, se trata de un mercado que se ajusta muy rápidamente cuando cambian las condiciones financieras, como es el caso actual. Con la fuerte subida de los tipos hipotecarios en los últimos meses, el mercado inmobiliario ya ha empezado a corregir. Lógicamente, esto tiene un gran impacto en la confianza de los interesados en este sector. Así, cuando cae la confianza, cae la actividad y aumenta el desempleo. El número de parados registrados, que actualmente se sitúa en 226.000, ¡podrían ascender a más de 400.000 en 2023!

En resumen, la gran mayoría de los indicadores adelantados apuntan a un riesgo extremadamente alto de recesión en Europa y Estados Unidos. El momento no está claro, pero, actualmente, parece un escenario muy probable.