La inflación en EEUU no ha tocado techo entre los meses de marzo y abril y penaliza la confianza de los consumidores

EEUU Precios

Juan J. Fdez-Figares (Link Securities) | Tal y como esperábamos que sucediera, la semana pasada las dos grandes citas de los mercados financieros: la reunión del Consejo de Gobierno del BCE y la publicación de la inflación de mayo en EEUU, determinaron el comportamiento de las bolsas europeas y estadounidenses, y lo hicieron para “mal”. Señalar que en el primer caso, si bien los inversores tenían asumido que el BCE daría por finalizado su programa de compra de bonos a finales del presente mes y que comenzaría a subir sus tasas de interés de referencia tan pronto como en julio para intentar contener la inflación, también esperaban que la institución y su presidenta, la francesa Christine Lagarde, hicieran un guiño a los inversores, explicando cómo pretenden afrontar lo que se ha venido denominando últimamente como “la fragmentación” de la Eurozona, proceso por el que los países con mayores desequilibrios -grandes déficits y mucha deuda-, entre ellos España, verán incrementarse las tasas de sus bonos así como sus primas de riesgo, encareciendo y, por ello, dificultando, la financiación de sus déficits en los mercados, una vez comenzado el proceso de retirada de estímulos monetarios por parte del banco central.

Los inversores esperaban que el BCE esbozara las características de la herramienta que, según filtraciones, estaba diseñando para limitar dicha “fragmentación”, algo a lo que, también según filtraciones, se negaron una mayoría de los miembros del Consejo. De momento el BCE se limitará a utilizar el importe de los bonos de su cartera que venzan para “apoyar” mediante compras selectivas a la deuda de los mencionados países. La falta de detalles al respecto provocó el viernes un fuerte repunte de los rendimientos de los bonos de los países periféricos y de sus primas de riesgo, penalizando el comportamiento de las bolsas de la Eurozona, donde los bancos italianos y españoles fueron duramente castigados.

Además, el vienes se supo que la inflación en EEUU, medida por el índice de precios de consumo (IPC), no había tocado techo entre los meses de marzo y abril, tal y como se esperaba. Sin embargo, y esto fue obviado por los inversores, sí parece que la inflación subyacente, que excluye para su cálculo los precios de la energía y de los alimentos no procesados, alcanzó su punto más elevado en marzo, habiéndose ido relajando poco a poco desde entonces. El gran problema es que las fuertes alzas en los precios de la energía y de los alimentos es lo que más condiciona los hábitos de compra de los consumidores, dejándoles poca capacidad adicional para la adquisición de otros productos y servicios. Además, y como volvió a mostrar el viernes el índice de sentimiento de los consumidores estadounidenses, que en junio se situó a su nivel más bajo de su serie histórica, la alta inflación lleva tiempo penalizando la confianza de los consumidores lo que, a la larga, terminará afectando al consumo privado y al crecimiento económico, teniendo en cuenta que la primera de estas variables representa casi el 70% del PIB estadounidense. La reacción de Wall Street tanto a la publicación del IPC de mayo como a la del índice de sentimiento de los consumidores de junio fue muy negativa, llevando a sus principales índices a perder casi todo lo avanzado en las dos últimas semanas de mayo, y poniendo nuevamente al S&P 500 a las puertas de entrar en mercado bajista -caída de más del 20% desde su último máximo, en este caso alcanzado a comienzos del mes de enero-.

No esperamos, al menos de momento, cambios en el sentimiento negativo que entre los inversores dejaron la semana pasada ambas citas, por lo que apostamos hoy por una apertura claramente a la baja de las bolsas europeas, en línea con las experimentadas esta madrugada por las bolsas asiáticas que, además de por los fuertes descensos del viernes de Wall Street, se han visto muy penalizadas por las noticias que llegan desde China sobre nuevos confinamientos, especialmente en la capital Pekín.

Por lo demás, señalar que esta semana la agenda macroeconómica es muy intensa, destacando sobre todo la reunión de dos días del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) de la Reserva Federal (Fed), cuya conclusión tendrá lugar el miércoles por la tarde, y la del Comité de Política Monetaria del Banco de Inglaterra (BoE), que se celebrará el jueves. En ambos casos se espera que los bancos centrales vuelvan a subir sus tasas de interés de referencia; en el primer caso en 50 puntos básicos (p.b.), hasta el intervalo del 1,25% y 1,50%, y en el segundo en 25 p.b., hasta el 1,25%. No obstante, hay economistas que apuestan por mayores alzas, algo que, de confirmarse, sería muy mal recibido por los mercados de renta fija y de renta variable europeos y estadounidenses. No obstante, lo más relevante es lo que digan ambos comités sobre sus intenciones en materia de tipos de interés de cara a los próximos meses. De no apreciar los inversores cambios en las “hojas de ruta” de ambas instituciones a pesar del reciente repunte de la inflación en ambos países, es posible que los mercados financieros de ambas regiones reaccionen de forma positiva.

Pero, además, esta semana se darán a conocer indicadores y cifras macroeconómicas relevantes, tanto en Europa como en Estados Unidos, empezando mañana con la publicación en Alemania de los índices ZEW de junio, índices que miden la percepción que sobre el estado actual y futuro de la economía alemana tienen los grandes inversores y los analistas, así como del índice de precios de la producción (IPP) de EEUU del mes de mayo, nuevo indicador de precios que será escrutado a fondo por los inversores para detectar si a nivel industrial se detecta algún cambio de tendencia en la inflación. El miércoles, por su parte, se publicarán en Estados Unidos las ventas minoristas de mayo. Esta variable, a pesar del fuerte descenso experimentado en los últimos meses por la confianza de los consumidores en el país, ha sido capaz de resistir y ha mantenido un buen comportamiento, apoyándose en el cambio de hábitos de consumo de los ciudadanos estadounidenses, que han aumentado sus compras de servicios en detrimento de las de productos. Finalmente, el viernes se publicará también en EEUU la producción industrial de mayo, que se espera haya seguido creciendo en el mes al igual que la ratio que mide la capacidad de producción utilizada.

Por tanto, esperamos una semana intensa en las bolsas occidentales, semana que, además, terminará el viernes con el vencimiento trimestral de los contratos de futuros y opciones sobre acciones e índices, lo que se conoce como cuádruple vencimiento, hito que suele incrementar la volatilidad en los mercados de contado, variable que ya de por sí se ha situado últimamente a niveles elevados.