La UE se prepara para sustituir el gas ruso y tener el próximo octubre un 90% de reservas procedentes de otros mercados como Qatar, EEUU o Egipto

Almacenamiento de gas en Europa

Intermoney | Gran ruido generado por la posibilidad de que Bruselas emita deuda conjunta para poder financiar el gasto que se necesita en energía y defensa con motivo de la guerra, aunque el vicepresidente del Ejecutivo comunitario, Frans Timmermans, negaba que la Comisión Europea esté sopesando poner en funcionamiento un nuevo instrumento para emitir deuda conjunta de la UE. “No tenemos tales planes, no sé si lo habrá en otros estados miembros, pero no en la Comisión”.

Timmermans sí dejaba la puerta abierta a lo que definía como “un próximo invierno duro” en la medida que el Europa prepara un bloqueo energético a Rusia. Según Timmermans, para poder afrontar con garantías los meses más fríos de 2023 y 2024, ya se está trabajando para no depender del país dirigido por Vladimir Putin.

La Comisión está valorando la posibilidad de reducir dos tercios las importaciones de gas natural anualmente y lograr el objetivo de cortar la dependencia del mercado comunitario de los combustibles fósiles rusos en 2030. Para alcanzar dicha meta, el organismo está evaluando una hoja de ruta en la que buscaría la diversificación del suministro para corregir la excesiva dependencia de proveedores como Gazprom que pueden contribuir a la inestabilidad en el mercado, así como la coordinación para alcanzar un nivel de reservas de gas al 90% en octubre del presente año, acelerar la adopción de combustibles renovables para sustituir al gas y reducir el impacto de los altos precios de la energía en los consumidores.

También se estudiará acelerar la adopción de combustibles renovables para sustituir al gas y reducir el impacto de los altos precios de la energía en los consumidores, junto con la búsqueda de reforzar lazos con socios como Qatar, EEUU o Egipto mediante la importación de gas natural licuado. La diversificación de proveedores podría efectuarse también a través de los gasoductos de Azerbaijan, Argelia o Noruega, que podrían suministrar 10.000 millones de metros cúbicos de gas adicionales al año. Asimismo, el Ejecutivo comunitario continuará en conversaciones con los principales compradores mundiales de gas, como Japón, Corea del Sur, China o India para analizar la situación del mercado a medio plazo. En un paso más, Bruselas analizará las inversiones necesarias para desarrollar infraestructuras que permitan reducir la dependencia del gas y aumentar la participación del hidrógeno y del biometano, mientras reduce el uso de combustibles fósiles.

Luego una declaración de intenciones por parte de la Comisión Europea que decide tomar el “toro por los cuernos” y activarse ante un problema que se puede enquistar ante lo impredecible de la guerra y la dependencia de Rusia. Para la UE, la proporción de productos energéticos en las importaciones totales desde Rusia se situó para el 1sem21 en el 65,3%; de las que un 36,5% (24,7 mm. €) era petróleo y productos refinados y un 22,3% (15 mm. €) gas natural.

Realmente, la estabilidad del suministro energético de la UE ha sido punto de crítica debido a la alta proporción de importaciones concentradas en pocos socios. De las importaciones de petróleo crudo extracomunitario en 2019, casi dos tercios provienen de Rusia (26,9%), Iraq (9%), Nigeria (7,9%), Arabia Saudí (7,7%) y Kazajstan (7,3%) y Noruega (7,0%). De manera similar, casi las tres cuartas partes de las importaciones de gas natural de la UE procedían de Rusia (41,1%), Noruega (16,2%), Argelia (7,6%) y Qatar (5,2%), mientras que más de las tres cuartas partes del combustible sólido (principalmente carbón) las importaciones procedían de Rusia (46,7 %), Estados Unidos (17,7%) y Australia (13,7%).

Por otro lado, si nos basamos en la tasa de dependencia, la cual muestra hasta qué punto una economía depende de las importaciones para satisfacer sus necesidades energéticas, vemos que en la UE en 2019 las tasas de dependencia eran del 61%, lo que pone de manifiesto la importancia de las importaciones netas en las necesidades energéticas de la UE aumentando desde el 56% que se tenía en el año 2000. Esta tasa es muy significativa en las pequeñas economías europeas como Malta, Luxemburgo y Chipre donde es superior al 90%; aunque no hay que desdeñar las necesidades energéticas exteriores de economías como España (75,0%) o Italia (77,4%); frente a otras como Francia (47,5%) donde se puede apreciar la apuesta por energías alternativas como la nuclear.

Es por ello que no ha quedado en saco roto la advertencia de Rusia apuntando a la posibilidad de cortar el suministro de gas a Europa a través del gasoducto Nord Stream 1 como respuesta a las sanciones que se le están imponiendo al país por su invasión de Ucrania, como bien hacía saber el vice-primer ministro, Alexander Novak. La restricción del gas, si se aprobara, podría aumentar la agitación en los mercados de energía y alimentar aún más la escalada alcista de los precios energéticos.

Novak explicaba que Rusia tiene todo el derecho a imponer un embargo sobre el bombeo de gas en represalia por la congelación de las aprobaciones del gasoducto Nord Stream 2 y apuntando que la prohibición de las importaciones de productos energéticos podría elevar el precio del Brent hasta los 300$/barril. Según el ministro, los envíos a través de Ucrania se habían incrementado a 109 millones de metros cúbicos al día, lo que equivale a envíos con destino a Europa de alrededor de 40.000 millones de metros cúbicos por año.