Tensiones en el sector del petróleo: parte de la producción rusa podría terminar sin poder ser vendida; además, la oferta se ve incapaz de cubrir la demanda

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J.J. Fdez- Figares (Link Securities) | Ayer en una nueva sesión en la que el precio del petróleo volvió a ser protagonista, los principales índices bursátiles europeos y estadounidenses cerraron al alza, recuperando de este modo parte de lo cedido el día precedente. De igual forma, los precios de los bonos, que el martes habían experimentado un fuerte repunte, cayeron ayer con fuerza, lo que conllevó un fuerte repunte de sus rendimientos, especialmente de los de los bonos del Tesoro estadounidenses, cuyas rentabilidades prácticamente recuperaron el nivel que tenían el lunes, antes del desplome que experimentaron en la sesión del martes.  

En este sentido, señalar que, si bien es cierto que la más que probable ralentización que van a experimentar las principales economías mundiales como consecuencia de la guerra de Ucrania podría justificar que los inversores se “refugiaran” en los bonos soberanos, también lo es que el conflicto va a tener un impacto muy negativo en la inflación, al disparar al alza, entre otros, los precios energéticos, tanto del gas como del petróleo, condicionando de este modo las políticas monetarias de los principales bancos centrales, lo que hace que los bonos no sean precisamente el mejor sitio donde estar invertido. De hecho, ayer el precio del crudo volvió a subir con fuerza y esta madrugada lo sigue haciendo ya que los inversores temen que parte de la producción de petróleo ruso termine teniendo problemas para poder ser vendida en los mercados -el crudo ruso ya se vendía ayer con un fuerte descuento en su precio-, lo que incrementaría las tensiones en este mercado, en el que, por ahora, la oferta se está viendo incapaz de seguir el ritmo de la demanda. Además, la OPEP+, cártel en el que Rusia tiene un papel predominante, no tiene intención de cambiar su hoja de ruta, como se pudo comprobar ayer tras anunciar que volverían a incrementar sus producciones de cara al mes de abril en sólo 400.000 barriles al día. Por otro lado, el anuncio de la Agencia Internacional de la Energía (IEA) de que los países que la integran pondrían en el mercado 60 millones de barriles de sus reservas estratégicas -30 millones corresponden a EEUU- es a todas luces insuficiente, ya que este volumen representa únicamente el 60% del crudo que se consume al día en todo el mundo. 

De esta forma los inversores se encuentran ante un nuevo escenario macroeconómico que no contemplaban ni de lejos hace sólo unas semanas: ralentización del crecimiento económico, que puede ir a más si los precios energéticos siguen aumentando, y una elevada inflación, escenario que les forzará  a modificar, de confirmarse, muchas de las decisiones de inversión que habían adoptado de cara a afrontar 2022, año en el que, en principio los inversores esperaban que continuara la recuperación económica, una vez superada la pandemia, y en el que los bancos centrales iban a comenzar, de forma paulatina, a retirar sus estímulos monetarios. Este nuevo y complejo escenario es el que, además, deberán gestionar los bancos centrales, intentando no cometer errores que puedan provocar que las economías desarrolladas entren nuevamente en recesión. De momento, y como dejó ayer claro el presidente de la Reserva Federal (Fed), Powell, en su testimonio bianual ante el Comité de Servicios Financieros de la Casa de Representantes, es muy difícil anticipar el impacto que la guerra de Ucrania puede tener en la economía. Lo que es evidente es que, cuanto más dure el conflicto, los efectos negativos en la misma serán mayores. 

De momento, y tal y como también dijo ayer Powell, la Fed va a seguir con el proceso de retirada de estímulos monetarios, forzada por la alta inflación, aunque lo hará con prudencia. Así, el presidente de la Fed dijo ayer que él apoyará un incremento de sólo 25 puntos básicos en la reunión del Comité Federal de Mercados Abierto de la Fed (FOMC) de mediados de mes. Hasta hace muy poco el mercado apostaba mayoritariamente por un aumento de medio punto porcentual. Entendemos que tanto el BCE como el Banco de Inglaterra (BoE), cuyos comités de política monetaria también se reúnen este mes, intentarán aclarar cómo pretenden afrontar este nuevo escenario, provocado por un conflicto bélico que nadie pensaba que iba a terminar teniendo lugar, al menos con esta intensidad. 

Hoy esperamos que las bolsas europeas abran sin una tendencia definida, aunque, de continuar la escalada del precio del crudo, es muy probable que vuelvan las ventas a estos mercados. La sesión, por otra parte, presenta una intensa agenda macro , en la que destaca, sobre todo, la publicación en las principales economías europeas y en EEUU de las lecturas finales del mes de febrero de los índices adelantados de actividad del sector servicios, los conocidos PMIs y el ISM no manufacturero estadounidense-. En principio se espera que la actividad del sector se haya visto favorecida por la retirada de muchas de las restricciones impuestas para intentar frenar el número de casos de Covid-19. No obstante, si bien estos indicadores son muy relevantes, tras el estallido de la guerra de Ucrania, las cifras e indicadores macro que realmente preocupan a los inversores son las de los próximos meses, ya que servirán para determinar hasta qué punto el mencionado conflicto está ya influyendo en la marcha de las principales economías mundiales.