El BCE será más cauto y se tomará más tiempo, a la espera de los datos

Miguel Ángel García, Diaphanum.

Miguel Ángel García (Diaphanum) | El Banco Central Europeo bajó por cuarta vez este año los tipos, llevando la facilidad de depósito al 2% y la de refinanciación al 2,15%. También ha variado sus previsiones de inflación y de crecimiento. Para el IPC, espera que se sitúe en el 2% en 2025 y en el 1,6% en 2026 (anteriormente esperaba 2,3% y 1,9%, respectivamente). Para el PIB, mantiene la previsión anterior del 0,9% en 2025, basada en el alto crecimiento del primer trimestre que posteriormente irá diluyéndose, y un 1,1% en 2026, frente al 1,2% previsto anteriormente.          

La decisión tiene mucho sentido, dada la evolución de la inflación, con la general al 1,9% y la subyacente al 2,3% -el objetivo del BCE es el 2%. A esta evolución de la inflación han contribuido los precios de la energía, el debilitamiento del dólar y la reducción de la actividad, con menores presiones salariales.

La cuestión es si va a continuar con el proceso de reducción de tipos. Por el momento en el mercado se están descontando una o dos bajadas adicionales, lo que nos empieza a recordar la etapa de la pandemia y postpandemia, aunque ahora no hay que pensar en tipos a 0%, ya que la situación es muy diferente, no hay miedo a una crisis económica y todavía falta por ver cómo influirán en los precios los aranceles y el mayor gasto fiscal en Europa.

Todo ello nos hace pensar que el BCE a partir de este momento será más cauto a la hora de reducir los tipos y que se va a dar un tiempo para ver cómo evoluciona el crecimiento y la inflación, con la entrada en vigor de los aranceles y los estímulos fiscales. Con todo, para final de año, no descartamos ver los tipos de intervención al 1,5%.