La cumbre China-UE que empieza mañana terminará sin grandes acuerdos

Relaciones bilaterales entre China y la Unión Europea

Alicia García Herrero (Natixis CIB) | Mañana arranca en China una cumbre entre dirigentes del país asiático y los máximos responsables de la Unión Europea, en un contexto de relaciones tensas, escasa colaboración preparatoria y tensiones comerciales sin resolver. ¿Se producirán avances significativos, coincidiendo con el quincuagésimo aniversario de las relaciones diplomáticas entre la UE y China?

En el informe ‘¿Hacia una cumbre entre la UE y China?’ se explica que es poco probable que se produzcan avances significativos y que el resultado más probable será una continuación del progreso vacilante de las últimas cumbres.

Tras la pausa de 2024, la cumbre que arranca mañana se celebrará bajo la sombra del regreso al poder del presidente Donald Trump y sus continuas amenazas a la alianza transatlántica. “Este cambio de circunstancias ha llevado a algunos líderes europeos a preguntarse si la UE debería restablecer sus relaciones con China. Pero, hasta ahora, hay pocos indicios de que se vaya a producir una reorientación”, se lee en el informe. Y se destacan varios factores: la cumbre se celebra en China ante la negativa del presidente Xi Jinping de acudir a Bruselas, donde estaba prevista; el presidente chino, además, no asistirá, sino que lo hará el primer ministro Li Qiang; y, además, los preparativos se han visto limitados porque tanto la UE como China han estado ocupadas con sus respectivas negociaciones con Estados Unidos.

Otras señales negativas, según el informe de Natixis CIB, incluyen la imposición por parte de China de controles a la exportación de minerales de tierras raras, insumos esenciales para las industrias europeas de vehículos eléctricos (VE), defensa y energías renovables. “La Comisión Europea sigue frustrada por la falta de reciprocidad y acceso al mercado por parte de China, las prácticas discriminatorias continuadas contra las empresas europeas y las barreras persistentes a la competencia leal. En consecuencia, la UE se negó a celebrar el habitual Diálogo Económico y Comercial de Alto Nivel con China antes de la cumbre, una clara señal de frustración y escepticismo”, explican. Ello sumado al hecho de que para China la UE se ha negado a levantar sus aranceles sobre los vehículos eléctricos chinos, que actualmente incluyen derechos antisubvención de hasta el 35,3 % además de un arancel básico del 10 %, lo que China considera proteccionista.

En resumen, parece claro que esta cumbre volverá a terminar sin grandes acuerdos, lo que da a entender que el hecho de que este sea el quinto año sin un diálogo constructivo entre la UE y China podría interpretarse como una realidad estructural, más que como un problema temporal.