El mensaje de los bancos centrales de tipos más largos durante más tiempo cala tanto en los mercados de bonos como en los de acciones

Países Latinoamericanos

Juan J. Fdez-Figares (Link Securities) | Los principales índices bursátiles europeos cerraron ayer con importantes descensos, en una sesión que, tal y como esperábamos, empezó con ligeras caídas y en la que, en un momento dado, los índices llegaron a ponerse en positivo. Si ayer señalábamos que para que las bolsas se calmaran era necesario que los rendimientos de los bonos se relajaran y que el dólar se debilitara, durante la sesión ocurrió todo lo contrario, lo que terminó penalizando, un día más, el comportamiento de la renta variable.

Todo parece indicar que el mensaje de los bancos centrales de que los tipos se mantendrán a niveles restrictivos durante más tiempo del inicialmente esperado ha calado profundamente en el ánimo de los inversores, tanto en los mercados de bonos, donde los rendimientos siguieron ayer alcanzando niveles no vistos en más de una década, especialmente en la parte larga de la curva –el interés del 10 años estadounidense se situó a su nivel más elevado desde 2007, mientras que el del 10 años alemán alcanzaba máximos desde 2011-, como en los de acciones, mercados ambos que siguen siendo castigados a la vez, con los inversores claramente optando por reducir sus posiciones de mayor riesgo. Tampoco ayuda a los mercados occidentales las noticias que llegan desde China sobre los problemas que siguen afrontando las grandes promotoras del país, algunas de las cuales están a punto de caer en bancarrota sin que, de momento, las Autoridades, tan intervencionista para otros temas y en otras muchas ocasiones, parezcan dispuestas a intervenir o sepan cómo hacerlo.

En Wall Street la sesión de ayer comenzó también de forma negativa, con la renta variable muy presionada por el incremento de los rendimientos de los bonos, especialmente de los con vencimiento a largo plazo, y por la fortaleza del dólar, factor éste que penaliza los resultados que obtienen las multinacionales fuera del país -el 40% de las ventas de las compañías del S&P 500 se generan en el exterior-. Sin embargo, y por temas meramente técnicos –el S&P 500 volvió a rebotar en el nivel de los 4.300 puntos, donde, de momento, entra dinero en este mercado-, durante la última hora de la jornada los índices se giraron al alza, para cerrar todos ellos con ligeros avances, rompiendo de esta forma una racha de cuatro sesiones consecutivas de pérdidas.

Hoy, sin embargo, los futuros de los índices estadounidenses vienen nuevamente en negativo, lo que creemos que provocará una nueva apertura a la baja de las bolsas europeas. De momento, y salvo que las lecturas preliminares de los IPCs de septiembre, que se publicarán para las principales economías de la Eurozona y para la región en su conjunto a finales de semana -el jueves se darán a conocer los IPCs de Alemania y España y el viernes los de Francia, Italia y la Eurozona-, sorprendan muy positivamente, no vemos catalizadores a corto plazo que puedan revertir el negativo tono de los mercados de valores. Habrá que seguir muy atentos a lo que hagan los bonos, ya que, como señalamos ayer, si sus rendimientos se relajan, este hecho puede provocar una “tregua” en las bolsas. También habrá que seguir de cerca lo que haga el dólar, que con su fortaleza “inyecta” inflación en Europa vía importaciones, especialmente por las energéticas, así como el comportamiento del precio del crudo, variable ésta que con su reciente alza -ha subido más de un 30% en los últimos 3 meses– complica la labor de los bancos centrales de controlar la inflación.

Por último, señalar que en la agenda macroeconómica del día de hoy sólo destaca la publicación en Estados Unidos de la lectura de septiembre del índice de confianza de los consumidores que elabora The Conference Board, índice que se espera haya vuelto a ceder ligeramente en el mes analizado hasta los 105,0 puntos (106,1 puntos en agosto), como consecuencia del repunte de los precios de los combustibles, algo que suele impactar muy negativamente en la moral de los consumidores estadounidenses.