Europa: Un choque político inesperado

Benjamin Melman, CIO en Edmond de Rothschild AM | Francia se encuentra en una cuerda floja económica, financiera y política, y de repente e inesperadamente se ve llamada de nuevo a las urnas. 

Aún es pronto para saber qué evolución experimentarán las políticas europeas como consecuencia de los cambios en el Parlamento Europeo. ¿Estamos abocados a un debilitamiento del Pacto Verde? La politización de este asunto en los últimos años y la disminución de la representación del Grupo de los Verdes sugieren que es una posibilidad. 

Francia, por su parte, se encuentra sumida en una incertidumbre aún mayor. Según Standard & Poor’s, que acaba de rebajar la calificación crediticia a largo plazo de Francia, el crecimiento renovado que se espera de las reformas no bastará para reducir el déficit. Tras recortar recientemente el gasto en 10.000 millones, el Gobierno buscaba 20.000 millones de aquí a 2025. La ausencia de mayoría en la Asamblea Nacional no facilitaba la tarea. Así pues, Francia se encuentra en una cuerda floja económica, financiera y política, y de repente e inesperadamente se ve llamada de nuevo a las urnas.   

Aunque cada elección encierra un potencial de sorpresas, hoy vemos emerger tres escenarios: 

  • La renovación de más o menos la misma mayoría relativa, devolviendo a Francia a su situación actual, dejando el país más o menos gobernable. Sin embargo, podría haber una búsqueda de coaliciones más amplias con otros partidos, pero ninguna ha tenido éxito hasta la fecha. 
  • Una mayoría relativa para la Agrupación Nacional, el partido de Marine Le Pen (RN por sus siglas en francés), dejando a Francia aún menos gobernable, ya que las oposiciones tendrían menos dificultades para unirse dada la polarización que puede generar este partido. Hasta el punto de que podría llevar al nombramiento como Primer Ministro de un outsider o de alguien de otro partido, apoyado por la RN, en busca de un consenso más amplio.  
  • Una mayoría absoluta para la RN.  

Aún no se conoce el programa económico que presentará la RN en las próximas tres semanas. El último programa completo presentado en el momento de las últimas elecciones presidenciales, en 2022, incluía cifras correspondientes a un marcado deterioro de las finanzas públicas, lo que resulta preocupante dada la situación actual de Francia. Se podría argumentar que, en 2022, el programa de Giorgia Meloni, que también era muy «proactivo», hizo temer seriamente una crisis de la deuda que nunca llegó. Por el contrario, Liz Truss en el Reino Unido, en el mismo contexto, no se libró.  El déficit público de Italia, del 7,2% del PIB en 2023, sigue siendo considerable y sometido a una estrecha vigilancia por parte de las agencias de calificación y los inversores. Y bien podemos imaginar que lo que los inversores internacionales están dispuestos a aceptar hoy para Italia ya no será aceptable para Italia y Francia, si esta última volviera a una política de aumento de sus déficits.   

Por lo tanto, es difícil especular sobre la dinámica francesa y europea de las próximas semanas. En el momento de escribir estas líneas, la reacción del mercado es comedida, con un diferencial de 6 puntos básicos entre los OAT (bonos del Estado emitidos por la Agence France Trésor) y el Bund, y una subida del 0,5% del franco suizo y del dólar frente al euro. No nos sorprendería que volviera a acumularse una prima de riesgo europea mientras se aclara el panorama, y actualmente estamos analizando nuestra asignación de activos.