Después de conocer el dato de inflación de EEUU, la probabilidad una subida de tipos de hasta 1pp sube hasta el 78% desde el 8%

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Juan J. Fdez-Figares (Link Securities) | En una sesión en la que la inflación y los bancos centrales monopolizaron la atención de los inversores, los principales índices bursátiles europeos y estadounidenses cerraron ayer con sensibles descensos. Así, y a la espera de que se publicase por la tarde la lectura del IPC de EEUU del mes de junio, los inversores en Europa iniciaron la sesión con la noticia de que tanto el Banco Central de Corea del Sur (en 50 puntos básicos, hasta el 2,25%) como el Banco Central de Nueva Zelanda (en 50 puntos básicos, hasta el 2,50%) habían incrementado sus tasas de interés de referencia. Ya por la tarde fue el Banco Central de Canadá el que adoptó esta misma medida, en este caso subiendo los suyos 1 punto porcentual, sorprendiendo de esta manera a los inversores, que no se esperaban un movimiento de este calibre -esta madrugada, además, se ha unido el Banco Central de Filipinas que, de forma inesperada, ha incrementado sus tasas oficiales en 75 puntos básicos, hasta el 3,25%-. En todos los casos el principal motivo aducido por los bancos centrales ha sido combatir la alta inflación. En este sentido, cabe reiterar que el mayor temor de los inversores en estos momentos es que la lucha de los bancos centrales contra la inflación acabe provocando un “aterrizaje brusco” de la economía mundial.

En este sentido, señalar que la publicación de la inflación estadounidense del mes de junio no hizo, sino incrementar estos temores. Ambas tasas interanuales de crecimiento, las del índice general como la de su subyacente, se situaron por encima de lo esperado, con la primera de ellas alcanzando el 9,1%, su nivel más elevado desde la del mes de noviembre de 1981. Antes, por la mañana, se habían publicado las lecturas finales de la inflación de junio en tres de las mayores economías de la Eurozona: en Alemania, donde, como consecuencia de algunas medidas adoptadas por el Gobierno esta variable se moderó ligeramente con relación a su nivel de mayo, y en Francia y España, donde se ratificó que la inflación alcanzó en junio niveles no vistos desde 1985.

La reacción de los inversores ante estas negativas cifras fue la que se podía esperar, sobre todo tras la publicación a primera hora de la tarde de los datos del IPC estadounidense. Así, en un principio los mercados de renta variable europeos y los futuros de los índices bursátiles estadounidenses profundizaron en sus pérdidas, mientras que los de renta fija se giraron a la baja, lo que provocó el repunte de sus rendimientos. Por su parte, el dólar llegó a superar por momentos la paridad con el euro, algo que no ocurría desde hace 20 años. En nuestra opinión, estas cifras llevarán a la Reserva Federal (Fed) a incrementar nuevamente en 75 puntos básicos sus tasas de interés oficiales cuando reúna a su Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) la última semana de julio. No obstante, ayer el mercado de futuros estadounidense apostaba claramente por un incremento de hasta 1 punto porcentual, algo que no sucede desde los años 80 -la probabilidad de ello subió hasta el 78% desde el 8% en el que se situaba antes de la publicación del dato-. Es más, el mercado ya descuenta una nueva alza de 75 puntos básicos en la reunión del FOMC de septiembre, seguida de una de 50 puntos básicos en noviembre, lo que situaría las tasas de interés de referencia de la Fed en el intervalo del 3,50% y el 3,75% al final del ejercicio, lo que supone 1 punto porcentual más de lo que preveía el mercado antes de conocerse la evolución de la inflación estadounidense en junio.

Siendo evidente que los bancos centrales se muestran decididos a priorizar su lucha contra la inflación, aunque ello conlleve una fuerte ralentización del crecimiento económico, creemos que en gran medida este escenario ya está descontado por los mercados. Es más, ayer los muy negativos datos del IPC estadounidense no provocaron la reacción virulenta que se podría haber esperado, quizás porque muchos inversores consideran que, esta vez sí, la inflación ha podido alcanzar su techo en junio. Esta hipótesis se basa en el hecho de que en las últimas semanas los precios de muchas materias primas y del petróleo han sufrido fuertes retrocesos, lo que debería reflejarse en las cifras de la inflación de julio. No obstante, ello no quiere decir que esta variable vaya a retroceder rápidamente, y va a necesitar para ello “la ayuda” de los bancos centrales, “ayuda” que tendrá sin ninguna duda un impacto negativo en el crecimiento económico global.

Por tanto, y con los inversores ya habiendo asumido tras las cifras de ayer que la Fed y el resto de bancos centrales van a continuar su lucha contra la inflación, acelerando el proceso de alzas de tipos, hoy esperamos que las bolsas europeas abran ligeramente al alza, en línea con lo acontecido en los mercados asiáticos esta madrugada, en los que los bonos cedían terreno, el petróleo subía ligeramente y el precio del oro perdía algo de terreno.

En lo que hace referencia a la agenda macroeconómica del día de HOY, cabe únicamente destacar la publicación esta tarde en Estados Unidos del índice de precios de la producción (IPP) del mes de junio, índice que se espera siga mostrando un fuerte repunte interanual.

Por su parte, la agenda empresarial de hoy se presenta mucho más atractiva, ya que comienza de forma oficiosa la temporada de publicación de resultados trimestrales en Wall Street, y lo hace con dos de los grandes bancos estadounidenses dando a conocer sus cifras: JP Morgan y Morgan Stanley. En principio se espera que tanto el negocio tradicional bancario como el de intermediación hayan evolucionado positivamente en el trimestre, apoyándose respectivamente en las alzas de los tipos de interés y en la volatilidad que han experimentado los mercados financieros. En sentido contrario, los analistas esperan que la actividad de banca corporativa y de negocios haya mostrado cierta debilidad ante la falta de operaciones de calado. Como siempre señalamos, será más relevante lo que digan los gestores de ambas entidades sobre el devenir de sus negocios en un entorno macro cambiante e incierto, que las propias cifras que den a conocer, es decir, los inversores estarán más pendientes del “futuro” que del “pasado inmediato” y, por ello, reaccionarán en consecuencia.