Los auditores de la UE enmiendan la plana al BCE: critican que no impusiera requisitos de capital en proporción más altos a las entidades de más riesgo

bce_4mayo2023

CdM | El Banco Central Europeo (BCE) debe intensificar sus esfuerzos de supervisión para garantizar que los bancos de la UE gestionen adecuadamente su riesgo de crédito, en particular el relativo a prestatarios que no reembolsan sus préstamos. El Tribunal de Cuentas Europeo subraya en un nuevo informe la importancia de esta cuestión, ya que una mala gestión del riesgo de crédito por parte de los bancos puede socavar su viabilidad y la del sistema financiero en su conjunto. Sin embargo, a pesar de los mayores esfuerzos para supervisar el riesgo de crédito y los préstamos problemáticos de los bancos, el BCE no impuso requisitos de capital proporcionalmente más elevados a las entidades de mayor riesgo. Tampoco intensificó suficientemente las medidas de supervisión cuando los bancos presentaban insuficiencias persistentes en la gestión del riesgo de crédito.

El BCE supervisa alrededor de 110 bancos en 21 países de la UE. Cada año, evalúa sus riesgos en términos de exposición crediticia (por ejemplo, normas de préstamo deficientes), gobernanza, modelo de negocio y liquidez. También evalúa la capacidad de los bancos para gestionar estos riesgos. Puede imponer requisitos de capital adicionales a los bancos para cubrir los riesgos identificados e imponer medidas correctoras para reducirlos. Este proceso tiene por objeto garantizar que los bancos cumplan los requisitos prudenciales de la UE y que esté justificada la confianza en ellos. El BCE señaló recientemente que las perspectivas de los bancos se están deteriorando dado el difícil entorno económico actual, y las crisis pasadas han puesto de manifiesto que la insuficiencia de las provisiones puede poner en peligro su viabilidad.

«Para evitar situaciones de inviabilidad bancaria a causa de una mala gestión del riesgo de crédito, el BCE debe garantizar que los bancos gestionen adecuadamente tales riesgos», indica Mihails Kozlovs, miembro del Tribunal responsable del informe. «Esto es crucial dada la importancia de la confianza en el sector bancario y las difíciles condiciones económicas actuales».

Según los auditores, las evaluaciones del BCE sobre los riesgos de crédito y los controles de los bancos eran, en general, de buena calidad, a pesar de algunas deficiencias. Sin embargo, el BCE no utiliza eficazmente sus instrumentos y competencias de supervisión para garantizar que los riesgos identificados estén plenamente cubiertos por capital adicional o para dar instrucciones a los bancos a fin de que gestionen mejor este riesgo. El cambio de enfoque aplicado por el BCE en 2021 para determinar el importe del capital que un banco debe mantener por encima del mínimo reglamentario no garantiza que se cubran adecuadamente varios riesgos, y el BCE no lo ha aplicado de manera coherente. En particular, el BCE no impuso requisitos proporcionalmente más elevados cuando los bancos se enfrentaban a riesgos más elevados, lo que significa que los riesgos no están claramente vinculados al requisito impuesto. De hecho, para los bancos de mayor riesgo, el BCE seleccionó sistemáticamente requisitos en la parte inferior de los intervalos predefinidos. Además, los auditores observaron un patrón según el cual el BCE no intensificaba suficientemente las medidas de supervisión cuando el riesgo de crédito era elevado y sostenido, y persistían las insuficiencias de control.

Los auditores critican la falta de personal —tanto del BCE como de los supervisores nacionales— que trabaja en la supervisión bancaria y la duración del ciclo de supervisión de 2021, que podría dar lugar a evaluaciones obsoletas. Por otra parte, los auditores reconocen que desde 2015 se ha producido una disminución de los préstamos dudosos ya existentes (los anteriores a abril de 2018) por una serie de factores, entre ellos las acciones del BCE. Sin embargo, el BCE no utilizó sistemáticamente sus competencias de supervisión respecto a los bancos que no disponían de procesos y datos sólidos para identificar y medir de los préstamos dudosos.